La práctica de la psicoterapia 3

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Bueno, les cuento que como la sesión pasada sólo avanzamos poco del primero de los cuatro capítulos que debíamos leer, decidí que como el tema era la «práctica» de la psicoterapia, y no la teoría, me iba a centrar hoy en que discutieramos esa prática. Y por eso, me propuse dar prioridad a las preguntas sobre esa práctica, y no a tanto repetir lo que ustedes hayan leído sobre la teoría.

Habíamos quedado en las reflexiones de Jung sobre el tema del alma, y veíamos que para él es un fenómeno único y complejo.

Y luego, Jung nos invita además a tener en cuenta en terapia las maneras de pensar de los pacientes, pues son creencias que moldean la forma en que percibimos nuestra realidad y determinan lo que consideramos problemático o peligroso. Esas maneras de pensar son las creencias profundas que estructuran nuestra percepción de la realidad y determinan también lo que consideramos deseable o no deseable. Dice Jung que estas creencias no surgen de manera aislada, sino que están moldeadas por factores como los valores predominantes en un tiempo y lugar, la cultura y la religión.

Ofrece como ejemplo que:

  • Para algunas personas, la riqueza es la máxima felicidad, mientras que la pobreza es una desgracia absoluta. Sin embargo, en la práctica, ni la riqueza garantiza la felicidad ni la pobreza implica necesariamente una desgracia.
  • Dice que esas creencias no surgen de la nada, sino que están influenciadas por el espíritu de la época o por convicciones religiosas o culturales que, a menudo, desempeñan un papel clave en conflictos morales o psíquicos.

Y que cuando la terapia de un paciente toca sus creencias espirituales o convicciones profundas, el terapeuta entra en el territorio amplio y delicado de lo que Jung llama el reino de las ideas generales. Y que en este terreno, su trabajo ya no se limita a resolver problemas individuales, sino que debe explorar la manera en que esas creencias colectivas pueden afectar la psique del paciente.

Recuerdo, por ejemplo, a un paciente que creció en un hogar donde siempre escuchó de manera casi religiosa que ‘la familia es lo más importante en la vida’. Y esa creencia lo hizo valorar mucho los lazos familiares y a estar apoyando a los miembros de su familia y a recibir el apoyo de ellos, por mucho tiempo. Sin embargo, se le volvió un conflicto muy grande cuando tuvo que tomar la decisión de mudarse a otro país a hacer un doctorado, pues le generaba mucha culpa sentir que al hacerlo, estaba pensando más en él, que en su familia.

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Pregunta:

Como analistas junguianos, ¿cómo podrían manejar en terapia el conflicto interno de un paciente que, siendo Testigo de Jehová, enfrenta la necesidad de autorizar una transfusión de sangre para salvar la vida de su hijo, sabiendo que esta acción contraviene sus creencias religiosas? ¿Cómo acompañarlo en la exploración de este dilema sin imponerle una solución, respetando tanto su individualidad como el peso de sus creencias colectivas?

Opinión:

Como terapeuta junguiano, acompañaría al paciente en la exploración de su conflicto sin imponer una solución, ayudándolo a reconocer la tensión entre su lealtad individual y su lealtad a su fe. A través del análisis de sueños, la imaginación activa y la reflexión simbólica, trataría de facilitar el diálogo entre su yo consciente y su inconsciente, permitiéndole comprender el significado profundo del sacrificio  a su fe y la culpa a una imposición colectiva. La clave sería que respetara su autonomía, brindándole un espacio seguro donde pueda integrar sus valores personales con su responsabilidad como padre, logrando así una decisión que emerja desde su propio interior.

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Esta pregunta tiene que ver con el tema de los prejuicios espirituales y el impacto que estospueden tener en el equilibrio psíquico.

Jung señala que muchas personas nunca cuestionan sus creencias o presupuestos espirituales porque no son conscientes de ellos. Pero que eso no significa que esas creencias no puedan generar en un momento dado conflictos internos. Y menciona que en épocas de cambios sociales y morales radicales, como las que vivía él y las que vivimos, estas creencias heredadas pueden ser la raíz de profundos desequilibrios emocionales. ¿Qué temas sociales y morales podrían al día de hoy generar conflictos internos?

(Esperar respuestas)

Se me ocurren algunos: por ejemplo conflictos relacionados con la identidad de género, o el tema actual de la migración. O algo unos de orden religioso como pueden ser el suicidio asistido o la suspensión de tratamientos médicos en pacientes terminales.

Bueno, para pacientes con este tipo de conflictos, los psicoterapeuta no podemos ofrecer respuestas simples ni soluciones universales. En su lugar, debemos ayudarlos a explorar la posibilidad de una respuesta espiritual individual, y eso, dice Jung, es un proceso que se facilita con un conocimiento y sensibilidad hacia el simbolismo psíquico.

De nuestra parte, además del conocimiento técnico, es importante nuestra integridad moral como terapeutas. Es decir, que no basta con saber mucho, sino que el psicoterapeuta debe ser capaz de confrontar sus propias limitaciones y sus propios prejuicios. Estmos hablando de una autocrítica permanente que implica para todos nosotros un desafío moral y profesional que hace de la psicoterapia, dice Jung, una profesión difícil y exigente.

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Y además de ser difícil y exigente, el trabajo terapéutico tiene sus riesgos. Dice él que al igual que los médicos pueden exponerse a infecciones físicas, los psicoterapeutas corremos el riesgo de «infecciones psíquicas». Y nos pone ante dos actitudes y peligros extremos (él siempre con las antinomias):

  1. Uno, es quedar atrapados en las neurosis o psicosis de nuestros pacientes.
  2. Y dos. que nos alejemos tanto emocionalmente, que perdamos la capacidad de influir terapéuticamente en ellos.

Jung compara esta situación con el mito de Escila y Caribdis, que eran dos monstruos marinos que acechaban en un estrecho marítimo. Escila, era un monstruo de muchas cabezas, que atacaba desde los acantilados, mientras que Caribdis, era un remolino gigantesco, que se chupaba y destruía los barcos. Y los navegantes debían elegir entre enfrentarse a uno u otro, lo que simboliza el riesgo que implican los dilemas.

Y de nuevo, el secreto está, creo yo, en el punto medio. Como decía el oráculo de Delfos: «Todo con mesura» El terapeuta debe encontrar un equilibrio entre involucrarse emocionalmente… y mantener su propia estabilidad. Dice Jung que en este equilibrio reside tanto el riesgo como el potencial curativo de la terapia.

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PREGUNTA (relacionada con este tema)

Durante su examen final, un candidato relató el caso de una paciente que enfrentaba serios problemas económicos. Ante esta situación, el candidato decidió prestarle dinero para ayudarla.

¿Consideran que esta acción representa una implicación emocional excesiva por parte del terapeuta? ¿Creen que al prestarle dinero el candidato cruzó los límites éticos y profesionales que deben mantenerse en la relación terapéutica, o piensan que su acción fue una muestra legítima de empatía y apoyo humano?

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RESPUESTA:

Yo opino que si bien la intención del candidato pudo haber sido genuina y compasiva, desde la ética profesional y la mirada junguiana, esta acción me parece que cruza un límite importante. Si el terapeuta se involucra económicamente, corre el riesgo de volverse una figura de salvación en lugar de permitir que el paciente enfrente su proceso. Ese acto de prestar dinero puede generar dependencia en lugar de empoderar al paciente para encontrar soluciones. Es decir, que la mejor manera de que el candidato ayude a la paciente no es con apoyo material directo, sino facilitando un proceso de transformación interna que le permita a ella encontrar sus propias soluciones.

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Luego habla Jung de la diversidad en la psicoterapia, tanto referida a pacientes como a métodos.

Afirma que la psicoterapia moderna es tan compleja como las personas que son atendidas. Que hay una gran variedad de pacientes y situaciones, lo que significa que el enfoque debe adaptarse a las necesidades individuales de cada caso. Jung clasifica de manera muy gruesa los casos en distintos niveles:

  1. Con casos sencillos:
    • A veces, una sola sesión con un buen consejo es suficiente para resolver el problema.
    • Sin embargo, Ojo, hay que tener en cuenta que los casos aparentemente simples pueden esconder problemas más profundos, lo que a menudo lleva a descubrimientos inesperados.
  2. Con otros, es suficiente la confesión:
    • Es decir, que algunos pacientes encuentran alivio simplemente al verbalizar «el guardado» que llevan dentro, que ya sabemos que es la «abreacción» o catarsis.
  3. Pero que también nos podemos enfrentar a neurosis más complejas:
    • Y esos casos suelen requerir un análisis más profundo de los síntomas. Aquí es donde entran en juego los enfoques de Freud, Adler y el propio Jung.

Y es importante recordar que Jung los ve como enfoques complementarios.
Comienza conectado los principios de Freud y Adler con dos tendencias humanas fundamentales que San Agustín llamaba la concupiscencia (o sea el deseo) y la soberbia (o sea la voluntad de poder). Nunca se me hubiera ocurrido ese vínculo entre San Agustín Freud y Adler.

  • Que por un lado Freud se enfocaba en personas que persiguen el placer, priorizando la satisfacción de deseos e impulsos, a menudo en detrimento de sus responsabilidades sociales.
  • Mientras que Adler trabajaba con personas que buscaban la superioridad, luchando con problemas de adaptación social y tratando de ocultar sentimientos de inferioridad mediante ficciones de poder.

Pero advierte que si el tratamiento con uno u otro método freudiano o adleriano se volvía monótono o repetitivo, o si surgían contenidos simbólicos o arquetípicos, era hora de dejar atrás esos enfoques reductivos. Y pasar a su método sintético, centrado en la individuación y en el procedimiento dialéctico. Y menciona que ese cambio permite abordar los símbolos y los contenidos del inconsciente de una manera más creativa e integradora.

Les confieso que luego de graduarme como psicólogo, yo estuve tomando muchos seminarios en la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, por lo que aplicaba en terapia esas técnicas freudianas por bastantes años. Hasta que conocí a Jung y comencé a encarretarme, aprender y aplicar sus planteamientos.

Y eso me permite utilizar hoy esos dos métodos con los pacientes. Nunca he usado el método de Adler porque no lo conozco suficientemnte. Pero les cuento que al comienzo, me sentía mal al usar los planteamientos freudianos, pero después de que leí este libro de Jung hace mucho tiempo, dejé de sentirme mal.

Bueno, pero también compruebo lo de los casos sencillos. Y es que hace poco tuve un paciente que siendo profesional, tenía una personalidad muy básica, muy primaria, y con él funcionaban muy bien los consejos.

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Pregunta

¿Alguno de ustedes ha tenido una experiencia parecida, que les permita aplicar algún método diferente al junguiano?

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Pasamos ahora al tema de la importancia de que los pacientes aprendan a caminar por sí mismos, que es un objetivo de la terapia junguiana. Y se comienza por hacerlo a través de la disminución en la frecuencia de las sesiones semanales.

Explica que los métodos psicoanalíticos suelen requerir sesiones frecuentes (de hasta 3 o 4 sesiones por semana).

Entre paréntesis, les cuento que cuando yo comencé mi primer tratamiento a los veintitantos años, lo hice con un excelente psicoanalista, y con él trabajé cuatro sesiones a la semana.

Bueno, pero dice Jung que así se puede empezar en su método sintético, pero que cuando el tratamiento evoluciona, es beneficioso espaciar las sesiones, ya que da tiempo al paciente para aprender a caminar por sí mismo. Y eso significa que las sesiones se pueden reducir a 1 o 2 veces por semana, lo que da tiempo al paciente para trabajar de manera más independiente.

Pero otra estrategia para aumentar la autonomía del paciente es que este comience a interpretar y comprender sus propios sueños. Y esa es una tarea muy importante, ya que:

  • Partiendo de que los sueños actúan como un puente entre la consciencia y lo inconsciente.
  • Y que la neurosis surge de una discrepancia entre lo que la persona consciente quiere o piensa y las tendencias que surgen de su inconsciente.
  • Al trabajar con sus propios sueños, el paciente puede integrar los contenidos inconscientes en su vida consciente, lo que ayuda a resolver la disociación que provoca la neurosis.

Y que este trabajo interpretativo independiente progresivo del paciente tiene varias ventajas:

  1. Mayor autonomía: El paciente desarrolla herramientas para manejar sus propios procesos internos, en lugar de depender del terapeuta.
  2. Eficiencia en tiempo y recursos: Espaciar las sesiones permite ahorrar tiempo y gatos al paciente.
  3. Crecimiento auténtico: Al trabajar de manera activa y consciente en su proceso, el paciente experimenta un desarrollo más profundo y significativo.

El objetivo final de este trabajo es la integración de la personalidad, que es lo que Jung considera el núcleo de la individuación.

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Pregunta:

¿Cuál suele ser la frecuencia de las sesiones con sus pacientes? ¿Alguna vez proponen más de una sesión semanal? ¿Alguna vez proponen espaciar sesiones y si lo hacen, con qué frecuencia?

Respuesta: En mi caso, suelo empezar con una sesión semanal, salvo cuando la persona llega demasiado cargada emocionalmente, en cuyo caso le propongo trabajar con dos sesiones semanales durante un mes.

Pero hay excepciones en las que trabajo con más de una sesión semanal. Por ejemplo, recuedo que con una paciente que acababa de tener un brote psicótico luego de una toma de ayaguasca, y estaba aún demasiado afectada, trabajamos dos sesiones semanales durante casi seis meses.

Y sobre espaciar la sesión semanal. suelo hacerlo a una sesión quincenal cuando el paciente o yo vemos que está ya en un período estable.

Y lo que nunca hago es trabajar con sesiones mensuales, pues siento que se rompe por completo la continuidad del proceso.

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Cap 3

Bueno y en este capítulo, Jung nos ofrece una visión general de los principios fundamentales de la práctica psicoterapéutica, comenzando por responder a la pregunta ¿Qué es la psicoterapia? Y para resoponderla, hace una revisión conceptual histórica.

Jung describe en este capítulo cómo se fue dejando de trabajar con la sugestión por las limitaciones que ya mencionamos la sesión pasada, y se comenzó a trabajar con la teoría del trauma en la neurosis, introducida por Breuer y Freud. Recuerden el caso de Ana O. Este enfoque, como sabemos, busca identificar y liberar emocionalmente momentos traumáticos del pasado que habían originado el trastorno.

Y esto se hacía a través de la abreacción. Este enfoque marcó una diferencia significativa respecto a la sugestión. ¿Qué diferencias?

  • Por un lado, requería que el médico adoptara una actitud investigadora y dedicara tiempo y atención detallada a cada paciente.
  • ¿Cuál era el objetivo? El objetivo era que mediante la abreacción se revivieran los eventos traumáticos para liberar así las emociones reprimidas asociadas.

Sin embargo, con el tiempo, se hizo evidente que la teoría del trauma y del método catártico era demasiado simplista y que tenía sus limitaciones. ¿Cuáles eran?:

  • Por un lado que no todos los pacientes con neurosis tenían un trauma claro o identificable.
  • Y segundo que los traumas sexuales, que inicialmente se consideraban la principal causa, resultaron ser relevantes solo en algunos casos, no en todos.

Y llega entonces el salto revolucionario hacia la teoría de la represión. Y esto también fue obra de Freud, quien fue dejando paulatinamente atrás la teoría del trauma y fue desarrollando la teoría de la represión, la cual tenía un enfoque más matizado y profundo. ¿Qué características tenía esta teoría?

  • Según la nueva teoría, muchas neurosis son trastornos del desarrollo, y no simplemente respuestas a eventos traumáticos.
  • Y lo más importante: Freud propuso que las neurosis típicas surgen de la represión de deseos y tendencias infantiles, especialmente las sexuales, que se volvían inconscientes.

¿ Y cómo proponía trabajar esa represión? El enfoque ahora no era simplemente revivir traumas, sino rastrear los contenidos reprimidos en el material del paciente. Esto implicaba:

  1. De una parte, investigar la anamnesis, o sea el historial del paciente.
  2. Y de otra explorar la actividad actual de las fantasías, ya que decía Freud, que las tendencias reprimidas no se manifiestan directamente, sino de manera simbólica o indirecta.

¿Qué impacto tuvo ese cambio? Supuso un tratamiento mucho más profundo y personalizado, dejando atrás la posibilidad de trabajar con rutinas.

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PREGUNTA

Jung va a hablar en adelante bastante acerca de las neurosis (ya habíamos hablado algo sobre este tema). ¿Cómo entendía Jung el concepto de neurosis?

RESPUESTA

NPara Jung, neurosis es un estado de desacuerdo consigo mismo originado por el antagonismo entre muchas polaridades, como las necesidades impulsivas vs las exigencias de la cultura, el enojo infantil vs la voluntad de adaptación, deberes individuales vs colectivos.  La neurosis constituye un signo de estancamiento ante un falso camino (es decir, una señal de alerta ante un camino que no conduce al progreso) y también una advertencia de la necesidad de un proceso curativo personal. (Recuerdos, sueños, pensamientos).

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Luego, Jung habla del trabajo independiente del paciente. Pero comienza enfatizanso la importancia de un enfoque individualizado en psicoterapia, señalando que las neurosis no solo afectan al individuo, sino también a su entorno social. Propone que el tratamiento debe adaptarse a cada paciente, evitando imponer prejuicios y fomentando el autoconocimiento, con un método flexible que varía en intensidad según las necesidades de cada caso.

Ya habíamos mencionado que en su propuesta estaba la reducción de sesiones. Bueno, pues él propone que tal reducción vaya acompañada por el trabajo personal del paciente durante el tratamiento.

Por eso, recomienda que entre sesiones, el paciente asuma un papel activo en su proceso terapéutico. Esto incluye:

  1. De una parte, un trabajo autónomo supervisado: Ojo a esto. El terapeuta proporciona al paciente herramientas psicológicas que le permitan reflexionar sobre sí mismo. Y ese conocimiento ayuda a liberarlo de la dependencia del terapeuta.
  2. De otra parte, propone pausas estratégicas: Y es que cada diez semanas, Jung interrumpía el tratamiento para que el paciente regresara a su entorno cotidiano y no perdiera contacto con su realidad. Esto también evitaba que el paciente desarrollara una dependencia emocional del terapeuta.

Además, Jung afirma que en casos claros de neurosis, el tratamiento implica:

  • De una parte, reeducar al paciente, por lo que se busca en él fomentar el cambio de patrones y conductas adquiridas desde la infancia. Como va amencionar luego, se trata de un cambio de actitud.
  • Y también transformar su personalidad, para lo cual se le ayuda a reencontrarse con un desarrollo psicológico más sano.

Para apoyarlo en esos objetivos, el terapeuta requiere integrar enfoques de disciplinas como la pedagogía, la filosofía, y especialmente un conocimiento profundo de la psicología simbólica, incluyendo mitología y religiones, para abordar los sueños y otros contenidos del inconsciente.

Por eso, Jung señala que, a medida que los psicoterapeutas profundizan en conocimientos y experiencia, su labor se vuelve más amplia y compleja. Él vislumbra un futuro donde la psicoterapia práctica combine:

  • Medicina.
  • Educación.
  • Y conocimientos sobre el alma humana.

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Pregunta

¿Qué opinan ustedes sobre el consejo de Jung de interrumpir el tratamiento cada dos meses y medio a fin de que el paciente desarrolle una independencia emocional o económica del terapeuta? ¿Alguno o alguna de ustedes lo ha hecho en la práctica? (No pasar a otra diapositiva)

Respuesta:

Yo realmente no lo hago. Lo que tengo es varios pacientes que me piden suspender el proceso y luego regresan meses después. Pero pensando en pacientes que tengo hace casi 8 años, me pregunto, a partir de esta lectura, si no sería bueno hacer tales interrupciones, no cada 2 meses, pero sí p.ej. cada 6 meses.

Pregunta

Y acerca de fomentar que entre sesiones, el paciente asuma un papel activo en su proceso terapéutico, ofreciéndole herramientas psicológicas que le permitan reflexionar sobre sí mismo, ¿lo han hecho ustedes en su práctica clínica? Si no lo han hecho, ¿qué herramientas creen ustedes que pueden ofrecerse a los pacientes?

Respuesta:

Les cuento las herramientas que yo he dado a los pacientes:

  • Una, pedirles que lleven un diario de sueños y que fuera de los sueños que trabajamos juntos en la interpretación, intenten hacerlo con todos lo que puedan, o por lo menos con los que más les llame la atención.
  • Dos, que repitan una experiencia que suelo hacer con ellos en consulta. Y es que que cuando se encuentren con una emoción muy fuerte, ya sea luego de alguna experiencia movilizante o un sueño llamativo, que hagan una breve relajación y traten de plasmar la emoción o la imagen del sueño en un dibujo y anoten luego lo que han sentido. Y eso lo pueden llevar luego a la siguinte sesión.
  • Tres, si hemos tenido oportunidad de hacer imaginación activa en las sesiones, que lo intente en su casa principalmente con imágenes movilizantes de sueños. Y que lo lleven luego también a terapia.
  • Cuatro, en el último año y con los pacientes que les veo la disciplina y capacidad para hacerlo, les envío capítulos del Diario Intensivo de Progoff, para que lo sigan por su cuenta y lleven a terapia el material que hayan descubierto y que deseen compartirlo. No se imaginan lo valioso que ha sido con algunos pacientes.

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Cap 4

Algunos aspectos de la psicoterapia moderna

  • En este capítulo en el que no me voy a detener mucho, Jung describe cómo la psicoterapia de su tiempo carecía de apoyo institucional y dependía del esfuerzo individual de los terapeutas, mientras que las universidades ofrecían poca formación en psicología médica.
  • Y destaca que la psicología no debe limitarse al ámbito médico, sino que también influye en lo social y cultural.

Quisiera centrarme solamente en el tema de la actitud del paciente, que Jung consideraba tan importante.

  • Afirma que Freud sostenía que la clave para curar una neurosis estaba en hacer conscientes sus causas, especialmente traumas infantiles reprimidos.
  • Jung cuestiona esta visión, argumentando que conocer el origen del problema no basta para resolverlo.
  • Por el contrario, decía que la actitud es esencial: Que lo que realmente importa es cómo el paciente enfrenta sus conflictos, y no solo de dónde provienen esos conflictos.
  • Por eso, proponía que la terapia debía centrarse en modificar la actitud consciente, ayudando al paciente a integrar su experiencia de forma más funcional. Ojo a eso: modificar la actitud consciente del paciente.

Jung concluye que la verdadera tarea de la psicoterapia no es solo explorar el pasado, sino transformar la manera en que el paciente vive su presente.

  • Luego, Jung define claramente su visión de regresión, diferenciándola de la que tenía Freud. Jung la veía no solo como un retroceso infantil, sino como un intento genuino de recuperar algo esencial para el equilibrio psíquico.
  • Destaca la dualidad del inconsciente como guardián del pasado y fuente de cambio, proponiendo la retrospección y la introspección como herramientas terapéuticas para conectar con la psique colectiva, acceder a la sabiduría ancestral y fortalecer la actitud del individuo frente a la vida.

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Cap 5

(Metas de la psicoterapia)

  • Jung destaca en este capítulo de las Metas de la psicoterapia, la diversidad de enfoques en psicoterapia, reconociendo que tanto Freud como Adler aportaron ideas válidas, pero afirma e insiste en que ninguna teoría puede considerarse la única verdad.
  • Propone un enfoque flexible e inclusivo (esta palabra es clave para definir a Jung). Y admitir la complejidad de la psique y la importancia de aprender de los fracasos. Esto siempre me ha parecido de una gran sabiduría, y es el aprendizaje a partir de los fracasos.
  • Además, señala que mientras los métodos freudianos y adlerianos pueden ser efectivos en jóvenes, el tratamiento de pacientes mayores de 40 años requiere mayor profundidad y una perspectiva más amplia.

Eso lo llevó a hablar de las metas según la edad de los pacientes.

  • Él nos invita a considerar que la psique humana cambia profundamente con la edad, tanto que casi podríamos hablar de dos psicologías diferentes: una psicología para la «mañana» y otra para la «tarde» de la vida.
  • En la juventud, las personas suelen orientarse hacia la expansión y el logro de metas visibles. Recuerden que lo compara con el sol de la mañana en el que brilla hacia afuera. Y es el momento en el que sus problemas psicológicos suelen surgir de dudas o miedos hacia esa dirección.
  • Mientras que en la vejez, por el contrario, la vida toma un rumbo hacia la contracción y el centramiento, la afirmación de lo ya alcanzado y una preparación para el final.. Y es el sol de la tarde cuando el ya no brilla hacia afuera sino que parece hacerlo hacia adentro.
  • Y en ese descenso, la neurosi puede surgir cuando la persona se aferra a una mentalidad juvenil, evitando aceptar los cambios que trae el paso del tiempo.

(Metas terapéuticas según la edad)

  • Debido a estas diferencias, las metas de la terapia deben adaptarse a la etapa de vida del paciente.
  • Lo que puede ser un objetivo terapéutico adecuado para un joven —como superar su dependencia de los padres o enfrentar el temor al futuro— podría ser irrelevante o incluso contraproducente para alguien mayor.
  • Mientras que un joven podría necesitar apoyo para enfrentarse a sus metas, un adulto mayor podría necesitar, por el contrario, ayuda para soltar los arrebatos de juventud y aceptar la vida adulta.

Adaptar la terapia a las necesidades del paciente

  • Pero Jung también señala que incluso dentro de una misma etapa de la vida, las personas tienen necesidades muy distintas.
  • Por ejemplo, un paciente con una «psicología de Adler,» como él la llama, marcado por un deseo de superar un sentimiento de inferioridad, necesita un enfoque diferente al de un paciente con una «psicología de Freud,» orientada hacia el placer y la gratificación.
  • Y por eso, resalta la importancia de prestar atención a las resistencias del paciente, ya que estas pueden ser una señal de que el enfoque terapéutico no es el adecuado.
  • En ese sentido, el terapeuta debe ser humilde y reconocer que no siempre sabe más que el propio paciente sobre su mundo interno.

Las actitudes introvertida y extravertida

  • También Jung hace recordar las dos grandes actitudes fundamentales del temperamento humano: la extraversión y la introversión.
  • Y advierte que estas actitudes representan maneras básicas de relacionarse con el mundo.
  • Y que conocer y entender estas diferencias es esencial para personalizar la terapia y adaptarla a las necesidades específicas de cada individuo.

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PREGUNTA

¿Creen ustedes que en su práctica terapéutica, tienen en cuenta siempre estas dos actitudes (extraversión e introversión), y las cuatro funciones (pensamiento, sentimiento, sensación e intuición) en los pacientes, o comienzan a trabajar ellos sin tenerlas en cuenta?

RESPUESTA

Yo, les digo sinceramente, identifico las actitudes desde el inicio del proceso terapéutico y las trabajo con ellos durante el tratamiento, pero no lo hago tanto con las funciones, porque no es fácil hacerlo desde el comienzo. Pero creo que yo las voy identificando a medida que se manifiestan progresivamente a medida que avanza la terapia. Y en ese momento sí las trabajamos con los pacientes.

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(Las actitudes y funciones psíquicas: una guía para la terapia)

  • Les hago la pregunta porque Jung menciona que actitudes y funciones deben tenerse en cuenta siempre para realizar una adaptación terapéutica: Es decir, que comprender estas actitudes y funciones es esencial para ajustar el enfoque terapéutico a las necesidades del paciente.
  • Y habla de hacer los ajustes necesarios: Dice que la diversidad de experiencias individuales puede llevar al terapeuta a realizar adaptaciones, así contradigan su propia teoría.

Que es necesario, por ejemplo, también tener en cuenta el impacto del temperamento espiritual o materialista de los pacientes.

  • Y explica luego lo que significan ese par de temperamentos. De un lado, algunas personas están profundamente conectadas con lo espiritual. Por ejemplo, una paciente que, ante las dificultades de la vida, busca respuestas en la meditación, la fe, la conexión con los ángeles y con El libro de los Milagros.
  • Mientras que otras persona son más materialistas. Por ejemplo, un empresario pragmático que basa sus decisiones en hechos concretos y resultados tangibles.
  • Pero advierte que aún con pacientes que parezcan poseer un materialismo extremo, es posible descubrir conflictos internos: Es decir, que podrían estar ocultando un conflicto inconsciente con una inclinación religiosa. (No hablar todavía de la unilateralidad)
  • De ahí, la importancia de la capacidad terapéutica para reconocer estas diferencias, pues ayudará a evitar errores en la terapia y a adaptar mejor las intervenciones.

Por eso, menciona que la incertidumbre es la base de la psicoterapia

  • Es decir, que en lo terapéutico debe estar uno siempre alerta ante enfoques unilaterales. Ya habíamos hablado de este tema la sesión pasada.
  • Que hay que tener en cuenta que las actitudes y los hábitos del paciente pueden ser manifestaciones auténticas, o por el contrario, compensaciones de algo opuesto.
  • Y que debemos aprender de la experiencia. Jung admite haber cometido errores al interpretar señales y que por eso prefiere que los hechos y la naturaleza del paciente sean los que guíen la terapia.
  • Que por experiencia sabe que las decisiones importantes en la vida están más condicionadas por factores inconscientes e instintivos que por la razón o la voluntad consciente del terapeuta.

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  • Luego, Jung explora la neurosis general de su tiempo, señalando que muchos pacientes no padecen neurosis clínicas tradicionales, sino una crisis de sentido y propósito. Que yo la relaciono con la clásica «crisis de la mitad de la vida».
  • Que en estos casos, el terapeuta no puede ofrecer respuestas definitivas, pero que son los sueños los protagonistas, pues pueden proporcionar pistas simbólicas que guíen el proceso terapéutico.
  • Destaca que el significado de un sueño no radica, por supuesto, en su interpretación objetiva, sino en la resonancia que tiene para el paciente. Y que el terapeuta debe acompañar esta experiencia, sin imponer significados.
  • Posteriormente, insiste en la importancia del elemento simbólico en la terapia, especialmente en esa fase en que el paciente debe encontrar sentido en la vida. Por pequeño que sea ese sentido.

Y acá resalto de nuevo otro aspecto que considero fundamental y es la importancia de la fantasía en la terapia.

  • Jung reconoce que trabajar con los sueños y con la imaginación puede parecer una pérdida de tiempo al fantasear sin rumbo.
  • Sin embargo, él consideraba la fantasía como la fuerza creativa del espíritu humano y el origen de toda obra humana.
  • Aunque reconocía que existen fantasías vacías o enfermizas, como las de las personas que «echan globos», eso no significaba que la imaginación en sí fuera inútil.

Consideraba que la imaginación está profundamente ligada a los instintos, y que eso hacía que la mantuviera conectada con la realidad psíquica.

  • Y algo clave, y es que para Jung, la imaginación no solo nos saca del estancamiento, sino que nos eleva a un estado de juego creativo. No sé si a Uds les suceda, pero muchas veces, yo me siento jugando, junto con el paciente, cuando interpretamos un sueño.
  • Esa fantasía creativa permite al paciente salir de una mirada limitada de sí mismo, transformando su perspectiva.

Y toca otro aspecto relacionado de nuevo con lo personal y lo colectivo.

  • Dice que un error común del ser humano es creer que lo que le sucede es único y eso hace que se aisle. En otra de sus obras, Jung comenta que parte del drama de los secretos personales, es que ese guardado hace que el individuo se sienta diferente al resto de la humanidad. Y que cuando logra verbalzar su secreto en terapia, y el terapeuta no se escandaliza, siente que vuleve a hacer parte del colectivo de los seres humanos.
  • Por eso Jung dice acá que siempre intentaba que el paciente reconociera el aspecto universal de sus experiencias, evitando que pensara que sus problemas o vivencias eran únicos.
  • Comprender eso ayudaba al paciente a reconectarse con la comunidad, y a no quedarse atrapado en una visión demasiado personal de su problema.

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Luego toca algunos principios que son característicos de su enfoque.

  • Jung explica que muchas neurosis actuales ocurren porque el exceso de racionalismo ha dejado de lado la necesidad espiritual del ser humano.
  • Que no basta con vivir solo en el presente, sino que es importante reconocer nuestra conexión con la historia y la tradición. Es lo que él llama la conciencia suprapersonal.
  • Afirma que ignorar esta dimensión puede generar un vacío interior que causa conflictos emocionales.

Luego habla de cómo su enfoque es una evolución del método freudiano.

  • Reconoce que su técnica deriva del método freudiano de asociación libre, aunque dice que evolucionó hacia un enfoque más amplio. Recordemos que su técnica era más de una asociación directa que de asociación libre, porque no permitía que el paciente se alejara de las imágenes del sueño en sus asociaciones.
  • Su enfoque se basó luego en ayudar al paciente a encontrar los momentos más importantes en sus sueños y a comprender el sentido general de sus símbolos.

Menciona luego un riesgo que se puede presentar en terapia

  • Y es que en las primeras etapas, el paciente puede presentar lo que él llama una «infancia psicológica«, en la que dependa completamente de las interpretaciones del terapeuta.
  • Y que eso genera incertidumbre y falta de dirección, lo que puede hacer que el proceso se vuelva inestable y poco efectivo.
  • Que, en este estado, dice Jung, que lo trabajado en la terapia durante el día puede deshacerse durante la noche.

Pero que hay que estar atentos, porque en esos momentos de confusión y desorientación, la expresión creativa puede aparecer.

  • Se reconocerá porque los sueños pueden volverse vívidos, coloridos o cargados de símbolos visuales.
  • Jung aprovecha esas señales y les pide a los pacientes que pinten sus imágenes oníricas o fantasías.
  • Aunque muchos responden que no saben pintar, él les enfatizaba que lo importante no era la técnica, sino el esfuerzo invertido.
  • Y hace una diferencia fundamental entre pintar desde fuera (como en el arte tradicional) y pintar desde dentro hacia fuera, como expresión del mundo interno.

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PREGUNTA

¿Cómo creen que el acto de plasmar las imágenes de los sueños en una pintura o dibujo puede influir en el proceso de sanación del paciente?

RESPUESTA

Plasmar las imágenes de los sueños en una pintura o dibujo no solo permite expresarlas, sino que transforma la actitud pasividad en acción, fortaleciendo la conexión del paciente con su propio inconsciente, expresando lo que las palabras no pueden alcanzar, integrando aspectos ocultos de su psique y desbloqueando emociones, facilitando un avance en su terapia. En eso consiste el proceso de sanación.

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Y en ese momento es necesario tratar de buscar el sentido individual.

  • Jung insiste en que la esperanza es que los pacientes acepten pintar, no por arte, sino como una búsqueda de significado vital.
  • Que no se trata de que las personas demuestren una habilidad social, sino que enfrentan la pregunta fundamental sobre el sentido de su vida individual.
  • Que se enfrenten a la pregunta ¿Cuál es el propósito de mi vida individual?
  • Yo insisto en que esta pregunta es especialmente importante durante la crisis de la mitad de la vida.
  • Y cuando logran explorar este tema, deja de tener sentido para ellos ser parte de la masa, y empiezan a necesitar la necesidad de explorar algo más propio y más profundo.

(El valor de la expresión creativa en terapia)

  • Y aunque algunas de las obras de un paciente podrían considerarse arte moderno, Jung insiste en que su valor no está en la calidad artística, sino en el impacto que tiene lo que dibuja en el propio paciente. Recuerden las discusiones de Jung con una paciente en «Recuerdos, Sueños, Pensamientos» (que luego se sabrá que se trataba de Sabina Spielriel), en que ella le decía que sus imágenes en el Libro Rojo eran arte, y él decía que no lo era. En ese libro, uno no entiende por qué la insistencia de Jung en el tema, pero acá toma sentido su insistencia.
  • Porque acá da las razones y es que esas obras no deben confundirse con arte, ya que el propósito no es crear algo estético, sino dar individualmente forma a lo indecible.
  • E insiste en que el verdadero objetivo es que el paciente transforme su experiencia interna en una expresión visible, sin importar la técnica qué utilice ni su resultado estético.

De la pasividad a la acción

  • Que el simple acto de enfrentarse al pincel y los colores y de superar la resistencia inicial para expresar algo, ya es en sí un logro terapéutico.
  • Jung señala que este esfuerzo es más significativo que tener conversaciones interesantes con el terapeuta, que usualmente no llevan a un cambio real en él.
  • Que en ese ejercicio, los pacientes no solo reflexionan sobre sus experiencias, sino que las convierten en algo concreto, fortaleciendo su conexión con su propio desarrollo.

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PREGUNTA

¿Podrían compartir alguna experiencia con un paciente que haya utilizado los dibujos o las pinturas en terapia, y que esta experiencia haya contribuído a su proceso de desarrollo y transformación?

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Y Jung continúa hablando del impacto de la activación de la fantasía.

  • En mi experiencia se comprueba algo que él menciona, y es que una prueba de que dibujar una fantasía es muy importante y tiene pleno sentido para el paciente, es que nunca nadie se ha negado a hacerlo, cuando yo se lo he propuesto.
  • Por ejemplo, si un paciente se despertó triste o de mal humor y no entiende el motivo, le propongo que hagamos un breve ejercicio de relajación y luego le pido que dibuje esa emoción. Y los resultados son impresionantes.
  • Y es que el acto de plasmar la imagen le permite al paciente observarla con más detenimiento, aumentando su impacto.
  • Es decir, al materializar la fantasía, esta gana peso y realidad, intensificando su efecto en la psique.
  • Además, con las emociones, pienso yo que al plasmarlas en un papel, hace que esa emoción salga de la psique y se vuelva más manejable.

Y hablemos ahora de la expresión creativa como camino a la autonomía.

  • Y es que. al ver que dibujar una imagen simbólica lo libera de estados anímicos negativos, el paciente aprende a utilizar esta técnica por sí mismo, por su lado.
  • Y eso le ofrece un recurso personal de autosanación, pues le permite avanzar hacia la independencia psicológica.
  • Es decir, a dejar de depender tanto del terapeuta.

Aparición del sí mismo

  • Y puede ser tan sorprendente poque lo que el paciente expresa a través de «su arte» no es su yo personal, sino algo más profundo que opera en él.
  • Descubre que lo que se manifiesta en su interior es el sí mismo, o sea lo que Jung llama «lo eternamente desconocido y ajeno, y la base más profunda de su alma«.

(Del conocimiento a la vivencia)

  • Y es un progreso enorme. Porque muchas personas saben intelectualmente que la conciencia no es el único centro de la psique, pero no lo han experimentado nunca en su vida. Y a través de la pintura es posible intuir ese primer contacto.
  • Y dice Jung que la dificultad para hacerlo se debe a la sobrevaloración de la conciencia, que impide que el conocimiento se convierta en una vivencia real. Pero a través de la pintura o el dibujo se logra trascender la consciencia.

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  • (La interpretación de las imágenes en terapia)
  • Ahora, menciona que terapéuticamente, no basta con expresar y plasmar las imágenes simbólicas, sino que es necesario comprenderlas intelectual y emocionalmente.
  • Y para integrarlas en la consciencia, es fundamental un trabajo de interpretación que incluya su impacto en la moral del paciente.

(Explorando un territorio desconocido)

  • Jung reconoce que con las imágenes del inconsciente colectivo nos movemos en un campo inexplorado, acumulando experiencia pero que él no se atrevía a apresurar conclusiones.
  • Observa sí, un proceso psíquico que parecía centrar la personalidad, desplazando al yo hacia una posición periférica.
  • Y que ese movimiento permitía que la parte histórica del alma emergiera, aunque no fuera siempre claro su propósito final.

(El error de confundir el alma con la consciencia)

  • Que lo único que se atrevía él a afirmar era que para investigar el alma , o la la psique, no podemos medirla con los mismos criterios que la consciencia.

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Y cierra este tema, insistiendo Jung en el error de tratar de imponer una única realidad, como si fuera la verdadera.

  • Critica la postura del misionero que considera que sólo él tenía la verdad y que los dioses de otras culturas son una simple ilusión. Es decir, propone estar abiertos a otras realidades.
  • Y señala que nuestra propia realidad también es en cierto sentido ilusoria.
  • Que para el alma, lo que funciona y lo que tiene efecto, es lo real, independientemente de cómo lo caractericemos desde la perspectiva racional.

(El valor de la comprensión simbólica)

  • Que el objetivo del psicólogo es comprender las realidades psíquicas en su esencia.
  • Y que lo espiritual no dejaba de serlo solo porque se le llamara de otra manera, como por ejemplo «sexualidad», haciendo alusión de nuevo a lo freudiano.
  • Además, que la realidad psíquica no podía agotarse en conceptos racionales. Que, por eso, la interpretación simbólica era mucho más efectiva para los pacientes.

(Reflexión final)

  • Finalmente, y como reflexión final del capítulo, Jung concluye que sus ideas solo buscan estimular la reflexión sobre su enfoque terapéutico.
  • Y que no pretende ofrecer respuestas absolutas, sino invitar a una comprensión más profunda del proceso psíquico.

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Resumen de estos 4 capítulos

  • En nuestras sesiones, hemos explorado cómo la psicoterapia, más allá de ser un método fijo,
  • Es un proceso dinámico
  • Que no sólo se tiene que adaptar a las complejidades de la mente humana,
  • Sino que también se debe adaptar a las diferentes etapas de la vida, pues cada una tiene sus desafíos y oportunidades.
  • Hemos reflexionado además sobre la importancia de la interacción auténtica
  • Que se da entre terapeuta y paciente, en donde el vínculo se convierte en un espacio de transformación.
  • También vimos la importancia del papel de los sueños como guía profunda en esa interacción
  • Además destacamos el poder del «hacer» además del hablar…
  • …un hacer en el contexto de la riqueza del trabajo creativo
  • Que se convierte concretamente en una herramienta de transformación en su proceso de individuación.
  • Finalmente, recordamos que la meta general de este camino terapéutico
  • No es sólo resolver problemas,
  • Sino principalmente fomentar un autoconocimiento profundo
  • Un autoconocimiento que permita a cada individuo encontrar su propio sentido y equilibrio personal, integrando consciencia en inconsciente.

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Preparación del capítulo que sigue

La próxima sesión la tendrán con Mónica y trabajarán el capítulo «Los problemas de la psicoterapia moderna», que aborda de nuevo y con más detalle, las diferencias entre las principales corrientes psicológicas del siglo XX, como el psicoanálisis freudiano, la psicología individual de Adler y la psicología analítica de Jung. Explora la diversidad y la controversia de enfoques en el tratamiento del alma, destacando cuatro niveles clave del proceso psicoterapéutico: confesión, esclarecimiento, educación y transformación, enfatizando cómo cada nivel refleja una verdad parcial y cómo la transformación implica también una evolución del terapeuta.

Bueno, Muchas gracias, y espero vernos pronto en otra oportunidad, que de seguo será en el cierre de semestre en Medellín.

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